La noche en San Petersburgo: Estatua ecuestre de Nicolás I
Cuando llegamos a San Petersburgo con el Crucero esperábamos con impaciencia el autobús para recorrer la ciudad. Antes de viajar siempre busco algo de información sobre los lugares que voy a visitar. A pesar de ello, San Petersburgo impresiona pues no puedes creer que exista una ciudad tan europea en Rusia. Y, si de día es increíble, la noche en San Petersburgo es apasionante.
Después de recorrer la ciudad durante todo el día, todavía tuvimos energía para verla de noche. Tomamos una buena cena en el barco. A las once el autobús esperaba después de pasar la aduana (en la aduana hay otra historia para otra ocasión). El tour nos hizo un buen recorrido por toda la ciudad. Parábamos en los puntos más bonitos o que nos llamaban la atención. No fue tan largo como otros porque sobre la una y media de la madrugada teníamos previsto ver como levantaban los puentes de la ciudad. Puentes que quedan abiertos durante toda la noche y que antaño dejaban zonas incomunicadas (ahora ya han construido una autopista que te permite pasar de un lado para otro).
Los edificios y monumentos de la ciudad tienen una iluminación excepcional pues cuentan con alumbrado público gratuito. Lo cual hace que la visita nocturna sea muy diferente de otras y, por supuesto, las fotos también. Tuvimos la suerte de contar con la presencia de la luna llena, que aunque en mis fotos de aficionada no se aprecia bien, hizo que la noche resultara todavía más mágica. Una de las paradas importantes que hicimos recorriendo San Petersburgo durante la noche es la plaza de San Isaac.
La plaza de San Isaac
Esta plaza comprende una serie importante de monumentos y lugares que ver, fotografiar y donde perderte. Empezando por la Catedral del mismo nombre. La Catedral de San Isaac es la más grande de la ciudad. La plaza del Senado, un espacio abierto enorme. El palacio Mariinski o el Almirantazgo son otros monumentos para tener en cuenta. En medio encontramos la estatua ecuestre en bronce en honor a Nicolás I.
La estatua fue realizada por el escultor Piotr Klodt según el proyecto de Montferrand. El jinete que representa al zar viste con el uniforme del Regimiento de Caballería de la Guardia. El pedestal me resultó curioso, a la vez que bonito, pues está decorado con altorrelieves que representan escenas de los diferentes momentos históricos de su mandato. Además, la estatua guarda muy bien el equilibrio: el caballo solo se apoya sobre sus dos patas traseras.
La noche no acabó aquí, claro. Hubo muchos lugares maravillosos que ver, además el colofón de los puentes levadizos es la guinda del maravilloso pastel que es San Petersburgo.