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El viaje sorpresa a Turín

La historia del viaje a Turín comenzo así: durante los días de Navidad, Cristina me llamó y comenzó su frase con “quiero hacerte una proposición” Este tipo de frases me animan el cuerpo, porque siendo las dos viajeras, sabía que algo bueno venía después. Me explicó que había descubierto la página web de Waynabox. Se trata de un portal en que decides que fin de semana irte, pero no sabes a qué ciudad europea te vas hasta dos días antes. ¡Genial! Estas novedades me encantan sobre todo si son de viajes. Me echaba un poco para atrás las fechas (finales de enero), como no, al final nos lanzamos.

Destino confirmado: Turín

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Cuando nos llegó el email que nos decía “vuestro destino es Turín” me quedé un poco decepcionada (deseaba volver a Roma). Luego empecé a averiguar y leer cosas sobre la ciudad. Además, mi prima tiene unos amigos con familia allí y me explicó todavía más cosas.

Como todas las ciudades italianas, Turín (Torino) no me decepcionó, todo lo contrario. A pesar del frío, la ciudad es preciosa: sus iglesias, palacios, calles… leyendas y con más sorpresas incluidas (si lo pienso fue un viaje sorprendente).

Café Bicerín y más delicias

A pesar del frío, hizo días soleados. El hotel lo teníamos en pleno centro (Hotel Concord de 4 estrellas) con lo cual nos movíamos por la ciudad como pez en el agua. Viajar a Italia es un gusto también por la comida. Pastas, pizzas, helados, y a destacar el chocolate piamontés (bombones Gianduiotto) y el café Bicerín (combinación ideal de chocolate caliente, café expresso y crema de leche).

El segundo día, después de un paseo por el Monte dei Cappuccini vimos una terraza maravillosa al sol. Allí decidimos probar el café Bicerín. Allí es donde Cris me tomó esta foto que me encantó. Conseguir que salga medio normal en una foto es muy difícil para mí, pero Cris en este viaje lo consiguió. Me encanta esta foto en la Piazza Vittorio Veneto.

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Hay mucho más que contar de Turín, hasta el próximo post. ¡No os lo perdáis!